21 enero 2009

Sangre


Y bajo mis manos entrelazadas se rompe una costilla... sigo intentándolo, sigo masajeando, aunque sé que ya es inútil.

Huyo en la oscuridad, presa del miedo a la verdad, y el miedo a tener miedo propiamente. No puedo regresar, no, allí me espera la prueba inerte de mis pobres esfuerzos. Sin embargo, no dejo de imaginar el rigor mortis, las livideces, la cianosis...

Cuando encuentro algo de luz, la que espero, me tranquilice, no hace sino reafirmarme en mis temores. El pico de mi bata ensagrentado, pesado, oscuro. El fonendo, supongo que lo he perdido en la huida, con él, quedó mi valentía.

No fui capaz de sesgar tu vida, tarde me arrepentí de mis intenciones.

4 comentarios:

Menelwen dijo...

esto me recuerda a cierto acontecimiento vivido hoy xD.


tedheri

Sr. Inferno dijo...

¿A quién le destrozaste una costilla?

Fer dijo...

Ahí va, qué gore-profesional!

Está bien :)

Fer dijo...

Pues me parece que el Viernes hay un ciclo de cine mudo; ¿te interesa?











(Al estilo de los últimos comentarios de mi blog :P jaja)